Y se fue Guillermo...

El romance entre el máximo ídolo de Gimnasia con la pelota terminó en la tarde más dolorosa. El partido número 208 de Guillermo Barros Schelotto en Gimnasia quedará grabado a fuego en el recuerdo del hincha tripero como el de la despedida menos deseada. Y justo en el Bosque, el escenario donde maravilló al mundo de la redonda. El último cántito - “¡Guilleeeermo..! ¡Guilleeeermo..!”- que bajó de la tribuna una vez consumado el descenso, no se llevó el dolor de no haber dejado a su querido Lobo en Primera División.

Sentado frente a los periodistas, con los ojos todavía húmedos, el Mellizo habló con la precisión de su gambeta.

“Hoy, 26 jugadores tuvimos que poner la cara por las cosas que se hicieron mal durante años y que terminó con lo que nadie quería. A todos les puede pasar lo que a Gimnasia y River” , se lamentó. “Está el camino de la crítica a todos los dirigentes que estuvieron aquí durante 14 años -prosiguió firme- y que destruyeron a Gimnasia y hasta se afanaron una tribuna.

Y está, también, el del desafío de volver lo antes posible. El año que viene tenemos que estar aquí festejando el ascenso. Les pido a todos los hinchas de Gimnasia en este momento tan duro que estemos unidos para volver. Si jugás la Promoción todos los años algún día la vas a perder.

Ahora espero que hayamos enterrado a todos los dirigentes que estuvieron en el pasado para crecer en serio ”.

Guillermo llegó a Gimnasia proveniente de la liga estadounidense en enero para “dar una mano en uno de los momentos más críticos del club”. Se preparó a conciencia, marcó el camino a los más jóvenes, jugó 20 partidos y anotó en tres oportunidades.

Todo sin cobrar un solo peso.

En la previa, sorpresivamente se metió en el vestuario su amigo Diego Maradona, quien no quiso perderse la última función como futbolista de quien, dijo, “es uno de los mejores jugadores argentinos de los últimos tiempos, además de un tipo sensacional”.

Cerró su historia con la pelota un auténtico rebelde del fútbol, que dejó atrás 638 partidos y 173 goles, tras su paso por Gimnasia, Boca y el Columbus Crew de la MLS. Debutó en Primera siendo un pibito flequilludo un 6 de octubre de 1991. Un verso del poeta chileno Manuel Picón hecho candombe por Alfredo Zitarrosa dice: ”El último balón lo para con el pecho y junto al pie lo duerme/lo mira y sólo ve cenizas del amor que estremeció a la gente/y lo pierde en la hierba, lo deja, lo olvida…/¡y se estremece la gente, y lo ovaciona la gente!” Se refería a Garrincha, pero al Mellizo también le cabe tan maravillosa despedida más allá de su tristeza.

Fuente: Clarin.com