EL ULTIMO REBELDE es un blog dedicado a.... Guillermo Barros Schelotto ... un futbolista Argentino excepcional, multicampeón e idolo indiscutido. GRACIAS POR VISITARNOS !!! esperamos que te guste ...

"Me los llevo en el corazón"

El Melli anunció que se va al Columbus. Viaja a EE.UU. para la presentación y vuelve para la despedida ante Racing, pero ya no jugará: "Volveré como técnico".


Quería comunicarles que he aceptado la propuesta del Columbus de Estados Unidos". Ya está. No hay vuelta atrás. El anuncio ya recorre el país de punta a punta y confirma, entre otras cosas, lo triste que son las despedidas. Pero ésta duele especialmente en el alma del mundo Boca. De todos. De esos miles de hinchas que escuchan por radio y televisión, en vivo y en directo, la confirmación del adiós de boca del propio Guillermo Barros Schelotto. De un Mauricio Macri que anda de licencia pero igual quiso homenajear al ídolo y hasta se muestra emocionado. De los empleados del club, desde porteros a cancheros y desde gerentes al personal de fútbol, que ya recibieron personalmente el saludo y los agradecimientos del mellizo pero igual siguen la última conferencia de prensa petrificados frente a los televisores. Ni hablar de Martín Palermo, amigo, trillizo, triste y golpeado anímicamente como pocas veces, que ya lo sabía todo pero igual demoró el baño y se plantó solo ante una TV del lobby de Casa Amarilla para escuchar la despedida pública (ver pág. 6). En Casa Amarilla, en La Boca, en la Argentina, por el mundo, hay ojos enrojecidos y alguna lágrima. Pero el mellizo, así en la alegría máxima como en la tristeza honda, parece impermeable a las emociones. Habla como si nada, o como si poco. Trata de mostrarse entero por más que sea el día más difícil de los últimos diez años. Agradece. No pasa facturas. Dice que esto es lo mejor para él y para el equipo. Remarca que desde el primer día aprendió que Boca está por sobre los nombres y que quedarse sólo generaría una situación incómoda para todos. Confiesa que meditó la decisión con la familia, amigos, dirigentes y con un ex técnico (Carlos Bianchi) pero jura que la tomó solito. Promete que volverá para despedirse (sin jugar) de la gente en la Bombonera, contra Racing. Se acuerda de Diego Maradona, impulsor de su llegada al club. Pronostica que el equipo ganará la Copa o el torneo. Y al final se afloja: "Nadie se puede imaginar el cariño que los hinchas me dieron día a día. Yo me voy pero me los llevo en el corazón".Las puertas del predio estuvieron cerradas para los socios, para evitarle otro mal momento a Miguel Russo, inevitable receptor del desconsuelo popular, pero de todos modos la rutina del último día de Guillermo como jugador de Boca tuvo el calor y la emoción a la que los hinchas lo acostumbraron. El ídolo apareció por el club minutos antes de las 9, con el pelo revuelto como de costumbre y la predisposición para firmar autógrafos y sacarse fotos con la gente que lo esperaba con carteles y mensajes en el portón del estacionamiento, y sobre el verde césped, antes de comenzar la práctica y con las mismas palabras que utilizaría ante los medios, le anunció al plantel la decisión que había tomado. Hoy volverá al club para compartir el asado con el grupo, el domingo partirá hacia Ohio para presentarse en el Columbus Crew y en la semana volverá para la despedida en Boca. El contrato será hasta diciembre, con posibilidad de renovar, y, como se encargó de remarcar el mellizo, es por unos billetes menos que los que ganaba en Boca. Como para dejar claro que no es por dinero.En el medio de una jornada con desbordes de emoción, con súplicas para que no se vaya, con saludos y fotos con todo el mundo, Guille descargó adrenalina en el gimnasio (no participó de la práctica de fútbol) y antes de ir hasta la Bombonera para la conferencia se hizo un tiempo para despedirse de los hinchas a través de Olé. Abrió para las últimas fotos las puertas de ese vestuario de Casa Amarilla que fue su segundo hogar y ahí, entre esos botines gastados que ya no se volverán a ver por La Boca, le puso su firma al adiós. "¿Leíste la dedicatoria?", preguntó, con esa sonrisa traviesa tan propia. "Para toda la gente, hasta la vuelta", escribió de corrido y sin titubear, con doble subrayado en ese "vuelta". ¿Volverá y será millones? "Volveré y seré técnico", devolvió la pared, más en serio que en broma, otra vez soltó esa mueca inconfundible y, previo cambio de remera por sobria chomba negra de Nike para la ocasión, se marchó con su representante Claudio Galvagni para realizar el anuncio oficial. Y luego cumplió con una teleconferencia para la primera presentación para EE.UU. Por ahí también lo esperaban su hermano Gustavo (juntos como en el primer día en el club) y sus amigos Leo y Ñoqui para almorzar y volverse juntos a La Plata.Se va el ídolo. Será hasta la vuelta, nomás...

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